sábado, 23 de octubre de 2010

Fumigaciones asesinas en Ibarlucea
Por Dra Graciela Cristina Gomez* - Friday, Oct. 22, 2010 at 3:22 PM


Vecinos Autoconvocados de Ibarlucea luchan por la salud de sus habitantes ante la fumigación sojera con productos de alta toxicidad. Iberlucea es una "comuna" y como tal, tiene un presidente de la misma, Juan José Prino. A éste los vecinos le han enviado notas en las que denuncian el hecho de las fumigaciones y, asimismo, elevado un Petitorio, de acuerdo con la Constitución Provincial. A pesar de la gravedad de la situación, el señor Prino no acusa recibo ni responde a los vecinos de su comuna. Aquí, la segunda nota que acompaña la doctora Graciela Gómez, donde se explicita con precisión, cuáles son los tóxicos que se utilizan en las fumigaciones "ilegales" y el daño que éstas provocan en la población inerme.



Ibarlucea 22 de octubre de 2010

Presidente Comunal
Juan Jose Prino
San Martín 1001 - Ibarlucea - Pcia de Santa Fe
Te: 0341 – 4904028, 4904497
E-mail: ,

S/D

De nuestra mayor consideración:

A un mes de haber entregado el Petitorio con las firmas de los vecinos de fecha 17 de septiembre y a quince días de haber enviado una segunda carta exigiendo una respuesta al Presidente Comunal de fecha 7 de octubre , después de llamados telefónicos donde se nos prometió una solución a los requerimientos de los vecinos, no hemos recibido ninguna señal ni respuesta alguna desde la Comuna.

No solo se hace caso omiso a nuestra Constitución Provincial que en su artículo 19 tutela la salud de los habitantes , sino también a la Constitución Nacional que en su artículo N°41 expresa que :"Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo…(..).Las autoridades proveerán a la protección de este derecho...”.

En total violación a la legislación pertinente tampoco se cumple desde la Comuna de Ibarlucea con la Ley Orgánica de Comunas N°2439 que hemos exigido en la segunda nota y cuyo artículo N°29 exige “ Sin perjuicio de lo que determine su propio reglamento interno, la Comisión Comunal sesionará por lo menos dos veces por mes, a cuyo efecto señalará el día o días que fueren necesarios, con determinación de las horas. En casos urgentes, cuando la naturaleza del asunto lo requiera, el presidente convocará a reunión extraordinaria, para la cual debe citarse a los miembros con veinticuatro horas de anticipación”.

En los últimos 30 días no sesionó ninguna vez para tratar un tema tan importante como lo es la salud del pueblo, después de la última reunión de fecha 22 de septiembre donde se nos pidió unos días para convocar a otra reunión donde tendríamos una respuesta al petitorio. Sabiendo la Comisión Comunal que por artículo N° 21 de la misma Ley “ "Los miembros de las Comisiones son personalmente responsables ante la justicia ordinaria, por los delitos, abusos, transgresiones y omisiones que cometan en el ejercicio de sus cargos". Tanto el Presidente Comunal Juan Jose Prino ,como la Comisión Comunal incurren con ésa conducta en el delito de Incumplimiento de deberes de funcionario público "Un delito de omisión consistente en no hacer lo que la ley manda en razón de su cargo, traicionando la confianza depositada en él por el pueblo o alguno de los poderes públicos" (C.C.Corr.Fed., sala II, Zambianchi, C.A. y otros", B.J., N°1, enero-abril 1986, p.159).


El Presidente Comunal fue informado días pasados de la salud de los niños expuestos a fumigaciones ilegales inclusive pidió fotocopias de los análisis de uno de ellos efectuado en un laboratorio de Rosario , teniendo en cuenta que la demora tanto en la salud como en el derecho , (periculum in mora), amerita una decisión urgente teniendo en cuenta la época de fumigaciones y analizar de forma expedita la dimensión del peligro o daño inminente cuyo resguardo debería ser tomar medidas precautorias a tal fin. El presidente Comunal es médico y debe saber que su actitud puede incurrir en una grave falta de diligencia y omisión de las precauciones más elementales. Sabe también que el análisis del pequeño afectado en la Investigación de Piretroides en Suero (Cromatología en Fase Gaseosa-ECD) dio como resultado: 1,4 ppb “LAMBDACIOLATRINA”
Es un insecticida de nombre Karate 5 CS ( al 5%) , fabricado por Syngenta,que está categorizado por el Senasa como Clase II, banda amarilla. Pero como desconocemos cuál de los dos principios activos, formulación o concentración fue el usado en la aplicación , el piretroide bien podría ser Karate Zeón que es (al 25%) y Clase Ib banda roja .Lo que agrava la total indiferencia desde la Comuna para investigar los hechos, aplicar la Ley y velar por la salud del pueblo que lo votó.

Queremos recordarle además que amén de todo lo expuesto, la localidad no cumple con el artículo artículo N°52 del Decreto 552/97 reglamentario de la Ley 11.273 cuyo texto es claro en cuanto a que : “ Los municipios y comunas deberán incluir en las ordenanzas que reglamenten las excepciones previstas en el Artículo 33 de la Ley Nº 11.273, la delimitación de las plantas urbanas a los efectos de precisar las distancias establecidas en los Artículo 33 y 34 de la mencionada Ley..”

Exigimos una respuesta y el cumplimiento de la normativa citada y que se convoque a la mayor brevedad a una reunión para dar una respuesta concreta al pedido de los vecinos de Ibarlucea.
Sin otro particular.Saludan a Ud atte

Vecinos Autoconvocados de Ibarlucea
Graciela Cristina Gomez
Abogada (UBA)-Escribana (UNR)
Ecos de Romang
Fuente: Prensa Albatros

www.maraustralis.com/221010gomez.html

lunes, 12 de octubre de 2009

Glifosato, nos fumigan a todos.




Video tomado en la estación Hospital Español Temperley Pcia. de Buenos Aires, cuando son descubiertos por la camara quienes estaban fumigando con glifosato, ellos mismos lo dicen, al lado de la gente que espera el tren y sin la protección necesaria para los que trabajan

domingo, 11 de octubre de 2009

DENUNCIAN QUE USO DE GLIFOSATO PROVOCA RETRASO MENTAL DE NIÑOS

Casi 87% de los niños de hasta dos años de edad que habitan en la Colonia Alicia, localidad de la provincia argentina de Misiones, padecen retraso mental, denunció el martes el científico Hugo Gómez Demaio, en la presentación de un proyecto de ley para prohibir los agrotóxicos.//


En la localidad de Colonia Alicia, cada año detectan a 60 bebés con malformaciones, aseguró el médico Hugo Gómez Demaio
“El 86.6% de los niños de hasta dos años de la Colonia Alicia padece algún retraso mental demostrable como consecuencia de la aspersión de agrotóxicos”, reveló Gómez Demaio, jefe del Laboratorio de Biología Molecular de Misiones.
El científico reveló que en dicha provincia “se detectan 60 niños por año con malformaciones” y alertó que el contacto con el plaguicida (glifosato), provoca “modificaciones en su genoma humano”, que se transmitirán a sus descendientes.
Gómez Demaio hizo las afirmaciones durante el encuentro "Observatorio del glifosato" realizado en Buenos Aires en la Cámara de Diputados, donde se presentó un proyecto de ley para prohibir el uso y venta de agrotóxicos.
El profesional precisó que los niños no sólo padecen retraso mental sino malformaciones físicas, diferentes tipo de cáncer e insuficiencias renales, respiratorias o hepáticas, entre otras enfermedades.
El glifosato es utilizado para la eliminación de hierbas y arbustos en extensos territorios donde se cultiva soja transgénica, que cubre el 60% del área cultivable de Argentina.
Ante las numerosas denuncias sobre los efectos tóxicos del herbicida, fabricado por el gigante Monsanto, el gobierno de la presidenta Cristina Kirchner creó en febrero pasado la Comisión Nacional de Investigación para hacer un seguimiento sobre sus efectos en la población, pero aún no se ha dado ningún tipo de información.
Fuente: misionesonline.net

lunes, 22 de junio de 2009

“El glifosato estimula la muerte de las células de embriones humanos”

ENTREVISTA A GILLES-ERIC SERALINI, REFERENTE EUROPEO EN EL ESTUDIO DE AGROTOXICOS
Confirmó los efectos letales del herbicida en células humanas de embriones, placenta y cordón umbilical. Alertó sobre las consecuencias sanitarias y ambientales, y exigió la realización de estudios públicos sobre transgénicos y agrotóxicos. Cuando dio a conocer sus investigaciones, recibió críticas y desacreditaciones.
Por Darío Aranda
Gilles-Eric Seralini es especialista en biología molecular, docente de la Universidad de Caen (Francia) y director del Comité de Investigación e Información sobre Ingeniería Genética (Criigen). Y se ha transformado en un dolor de cabeza para las empresas de agronegocios y los defensores a ultranza de los OGM (Organismos Genéticamente Modificados –transgénicos–). En 2005 descubrió que algunas células de la placenta humana son muy sensibles al herbicida Roundup (de la compañía Monsanto), incluso en dosis muy inferiores a las utilizadas en agricultura. A pesar de su frondoso currículum, fue duramente cuestionado por las empresas del sector, descalificado por los medios de comunicación y acusado de “militante verde”, entendido como fundamentalismo ecológico. Pero en diciembre pasado volvió a la carga; la revista científica Investigación Química en Toxicología (Chemical Research in Toxicology) publicó su nuevo estudio, en el que constató que el Roundup es letal para las células humanas. Según el trabajo, dosis muy por debajo de las utilizadas en campos de soja provocan la muerte celular en pocas horas. “Aun en dosis diluidas mil veces, los herbicidas Roundup estimulan la muerte de las células de embriones humanos, lo que podría provocar malformaciones, abortos, problemas hormonales, genitales o de reproducción, además de distintos tipos de cánceres”, afirmó Seralini a Página/12 desde su laboratorio en Francia. Sus investigaciones forman parte de la bibliografía a la que hace referencia el Comité Nacional de Etica en la Ciencia en su recomendación para crear una comisión de expertos que analice los riesgos del uso del glifosato.El investigador había decidido estudiar los efectos del herbicida sobre la placenta humana después de que un relevamiento epidemiológico de la Universidad de Carleton (Canadá), realizado en la provincia de Ontario, vinculara la exposición al glifosato (ingrediente base del Roundup) con el riesgo de abortos espontáneos y partos prematuros. Mediante pruebas de laboratorio, en 2005, Seralini confirmó que en dosis muy bajas el Roundup provoca efectos tóxicos en células placentarias humanas y en células de embriones. El estudio, publicado en la revista Environmental Health Perspectives, precisó que el herbicida mata una gran proporción de esas células después de sólo dieciocho horas de exposición a concentraciones menores que las utilizadas en el uso agrícola.Señalaba que ese hecho podría explicar los abortos y nacimientos prematuros experimentados por trabajadoras rurales. También resaltaba que en soluciones entre 10 mil y 100 mil veces más diluidas que las del producto comercial ya no mataba las células, pero bloqueaba su producción de hormonas sexuales, lo que podría provocar en fetos dificultades en el desarrollo de huesos y el sistema reproductivo. Alertaba sobre la posibilidad de que el herbicida sea perturbador endocrino y, por sobre todo, instaba a la realización de nuevos estudios. Sólo obtuvo la campaña de desprestigio.En 2007 difundió nuevos avances. “Hemos trabajado en células de recién nacidos con dosis del producto cien mil veces inferiores a las que cualquier jardinero común está en contacto. El Roundup programa la muerte de las células en pocas horas”, había declarado Seralini a la agencia de noticias AFP. Resaltaba que “los riesgos son sobre todo para las mujeres embarazadas, pero no sólo para ellas”.En diciembre último, la revista norteamericana Investigación Química en Toxicología (de la American Chemical Society –Sociedad Química Americana–) le otorgó a Seralini once páginas para difundir su trabajo, ya finalizado. Focalizó en células humanas de cordón umbilical, embrionarias y de la placenta. La totalidad de las células murieron dentro de las 24 horas de exposición a las variedades de Roundup. “Se estudió el mecanismo de acción celular frente a cuatro formulaciones diferentes de Roundup (Express, Bioforce o Extra, Gran Travaux y Gran Travaux Plus). Los resultados muestran que los cuatro herbicidas Roundup, y el glifosato puro, causan muerte celular. Confirmado por la morfología de las células después del tratamiento se determina que, incluso a las más bajas concentraciones, causa importante muerte celular”, denuncia en la publicación, que precisa que aun con dosis hasta diez mil veces inferiores a las usadas en agricultura el Roundup provoca daño en membranas celulares y muerte celular. También confirmó el efecto destructivo del glifosato puro, que en dosis 500 veces menores a las usadas en los campos induce a la muerte celular.Gilles-Eric Seralini tiene 49 años, nació en Argelia, vive en Caen, investiga la toxicidad de variedades transgénicas y herbicidas, es consultor de la Unión Europea en OGM y es director del Consejo Científico del Comité de Investigación e Información sobre Ingeniería Genética (Criigen). “He publicado tres artículos en revistas científicas norteamericanas de ámbito internacional, junto con investigadores que hacían su doctorado en mi laboratorio, sobre la toxicidad de los herbicidas de la familia del Roundup sobre células humanas de embriones, así como de placenta, y sobre células frescas de cordones umbilicales, las cuales llevaron a los mismos resultados, aunque fueran diluidas hasta cien mil veces. Confirmamos que los herbicidas Roundup estimulan el suicidio de las células humanas. Me especializo en los efectos de los OGM y sabemos que el cáncer, las enfermedades hormonales, nerviosas y reproductivas tienen relación con los agentes químicos de los OGM. Además, estos herbicidas perturban la producción de hormonas sexuales, por lo cual son perturbadores endocrinos”, afirma Seralini.“El glifosato es menos tóxico para las ratas que la sal de mesa ingerida en gran cantidad”, señalaba hace una década la publicidad de Monsanto, citada en la extensa investigación periodística El Mundo según Monsanto, de Marie-Monique Robin. En el capítulo cuatro, llamado “Una vasta operación de intoxicación”, Seralini es contundente: “El Roundup es un asesino de embriones”. Hecho confirmado con la finalización de sus ensayos, en diciembre de 2008.La contundencia y difusión del trabajo provocaron que la compañía de agrotóxicos más poderosa del mundo rompiera su silencio –a pesar de que su política empresarial es no responder estudios o artículos que no le sean favorables–. Mediante un comunicado, y ante la agencia de noticias AFP, Monsanto Francia volvió a deslegitimar al científico. “Los trabajos efectuados regularmente por Seralini sobre Roundup constituyen un desvío sistemático del uso normal del producto con el fin de denigrarlo, a pesar de que se ha demostrado su seguridad sanitaria desde hace 35 años en el mundo.”La antigüedad del producto en el mercado es el mismo argumento utilizado en la Argentina por los defensores del modelo de agronegocios. Las organizaciones ambientalistas remarcan que esa defensa tiene su propio callejón sin salida. El PCB (químico usado en transformadores eléctricos y producido, entre otros, por Monsanto) también se utilizó durante décadas. Recibió cientos de denuncias y se lo vinculó con cuadros médicos graves, pero las empresas continuaban defendiendo su uso basado en la antigüedad del producto. Hasta que la presión social obligó a los Estados a realizar estudios y, con los resultados obtenidos, se prohibió su uso. “Con el glifosato pasará lo mismo”, retrucan las organizaciones.–Luego de una investigación en la Argentina del doctor Andrés Carrasco, en la que confirmó el efecto devastador en embriones anfibios, las empresas del sector reaccionaron con intimidaciones, amenazas y presiones. ¿Le suena familiar?–Sí, y mucho. Con mis investigaciones las empresas también reaccionaron muy mal. En lugar de criticar a los investigadores, una gran empresa responsable que no tiene ninguna capacitación en toxicología tendría que ponerse en duda e investigar. En diciembre de 2008, cuando se publicó nuestro último artículo, el Departamento de Comunicación de Monsanto dijo que estábamos desviando el herbicida de su función, ya que no fue hecho para actuar sobre células humanas. Este argumento es estúpido, no merece otro calificativo. Es muy sorprendente que una multinacional tan importante admitiera, con ese argumento, que no conduce ensayos de su herbicida con dosis bajas sobre células humanas antes de ponerlo en el mercado. Se debiera prohibir el producto nada más que por ese reconocimiento corporativo.–¿Cuál fue el papel de los medios de comunicación en sus descubrimientos?–Diarios y televisiones han hablado de nuestros estudios, dan cuenta de que el mundo está deteriorándose a causa de estos contaminantes y que muchas enfermedades desencadenadas por productos químicos ya se ven también en los animales y reducen dramáticamente la biodiversidad. Pero también hay que tener presente que el lobby de las empresas es muy fuerte, hacen llegar a los medios de comunicación informaciones contradictorias que finalmente desinforman a la opinión pública e influyen en gobiernos.En 1974, Monsanto había sido autorizada a comercializar el herbicida Roundup, “que pasaría a convertirse en el herbicida más vendido del mundo”, se ufana la publicidad de la empresa. En 1981 la compañía se estableció como líder en investigación biotecnología, pero recién en 1995 fue aprobada una decena de sus productos modificados genéticamente, entre ellos la “Soja RR (Roundup Ready)”, resistente al glifosato. Monsanto promocionaba el Roundup como “un herbicida seguro y de uso general en cualquier lugar, desde céspedes y huertos hasta grandes bosques de coníferas”. También sostenía que el herbicida era biodegradable. Pero en enero de 2007 fue condenada por el tribunal francés de Lyon a pagar multas por el delito de “publicidad engañosa”. Los estudios de Seralini fueron utilizados como prueba, junto a otras investigaciones. La Justicia de Francia hizo eje en la falsa propiedad biodegradable del agrotóxico y hasta dio un paso más: afirmó que el Roundup “puede permanecer de forma duradera en el suelo e incluso extenderse a las aguas subterráneas”.Frente a la campaña de desprestigio, Seralini recibió el apoyo de la Procuración General de Nueva York (que había ganado otro juicio contra Monsanto, también por publicidad engañosa). La revista científica Environmental Health Perspectives publicó un editorial para destacar sus descubrimientos y la revista Chemical Research in Toxicology propuso publicar el esquema completo del modo de acción toxicológico. “Monsanto siempre entregó estudios ridículos sobre el glifosato solo, mientras el Roundup es una mezcla mucho más tóxica que el glifosato solo. El mundo científico lo sabe, pero muchos prefieren no ver o atacar los descubrimientos. Sin embargo, la empresa sostenía que era inocuo. Hemos confirmado que los residuos de Roundup representan los principales contaminantes de las aguas de los ríos o de superficie. Por otro lado, recibimos apoyo de parte de investigadores que encontraron efectos similares, explicando así abortos naturales y desastres en las faunas autóctonas”, explica Seralini.Con un mercado concentrado y una facturación sideral, la industria transgénica es denunciada por su poder de incidencia con quienes deben controlarla. Hasta la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos (el ámbito de control competente) es acusada de haber cedido a sus presiones. En agosto de 2006, líderes sindicales de la EPA acusaron a las autoridades del organismo de ceder ante la presión política y permitir el uso de químicos perjudiciales. “Se corren graves riesgos en fetos, embarazadas, niños y ancianos”, denunciaban. La EPA había omitido estudios científicos que contradecían los patrocinados por la industria de los pesticidas. “La dirección de la EPA prioriza la industria de la agricultura y los pesticidas antes que nuestra responsabilidad para proteger la salud de nuestros ciudadanos”, finalizaba el comunicado.Seralini remarca el poder económico de las agroquímicas y recuerda que las ocho mayores compañías farmacéuticas son las ocho mayores compañías de pesticidas y de OGM, entre las que Monsanto tiene un papel protagónico. Por eso reclama la realización urgente de test sobre animales de laboratorio durante dos años, como –según explica– sucede con los medicamentos en Europa. “Hay un ingrediente político y económico en el tema, claramente, donde las compañías están detrás”, denuncia. Se reconoce un obsesivo del trabajo, advierte que desde hace una década analiza a diario todos los informes europeos y estadounidenses de controles sanitarios de OGM. Y no duda: “Los únicos que hacen test son las propias compañías, porque son ensayos carísimos. Las empresas y los gobiernos no dejan ver esos trabajos. Esos estudios debieran ser realizados por universidades públicas y debieran ser públicos”.“Llevo 25 años trabajando sobre las perturbaciones de los genes, de las células y de los animales provocadas por medicamentos y contaminantes. Advertimos el peligro existente y proponemos estudios públicos. Pero en lugar de profundizar estudios y reconocernos como científicos nos quieren restar importancia académica llamándonos ‘militante ambientalista’. Tenemos claro que el ataque proviene de empresas que, si se hacen los estudios, deberán retirar sus productos del mercado”, denuncia Seralini, que en la actualidad advierte sobre el efecto sanitario no ya de los agrotóxicos, sino de los alimentos transgénicos y sus derivados. Recuerda que con el maíz transgénico (también tratado con Roundup) se alimentan los animales que luego come la población (pollos, vacas, conejos y cerdos) y explica que todos los productos que contienen azúcar de maíz (salsas, caramelos, chocolates y gaseosas, entre otros) deben ser objeto de urgentes estudios.“Llevamos años trabajando sobre la toxicidad de los principales contaminantes. Hemos confirmado que el Roundup es también el principal contaminante de los OGM alimentarios, como la soja o el maíz transgénico, lo que puede conllevar a un problema de intoxicación de los alimentos a largo plazo.” La afirmación de Seralini va en sintonía con las denuncias de centenares de organizaciones sociales, urbanas y rurales, y movimientos internacionales como la Vía Campesina (colectivo internacional de campesinos, indígenas, sin tierra y trabajadores agrícolas), que exigen alimentos sanos

miércoles, 17 de junio de 2009

Córdoba: Denuncia penal por contaminación del agua con agrotóxicos en la Zona Sur de la Ciudad

Agencia Rodolfo Walsh [agenciawalsh@listas.nodo50.org]
(AW) La Coordinadora Córdoba en Defensa del Agua y la Vida (CCODAV), junto a numerosas organizaciones sociales, gremiales y políticas, darán inicio hoy desde las 10 hs. a una Jornada de denuncia ante la justicia, debate y movilización, que lleva por lema “por la vida, por el agua, contra los agro tóxicos”. La actividad dará inicio con una radio abierta y conferencia de prensa 11 hs. En la explanada de Tribunales I.
(Buenos Aires, Agencia Walsh) La denuncia penal será presentada a la justicia por vecinos de barrios al Sur del Rio Suquia, integrantes de asambleas u organizaciones nucleadas en la CCODAV. Los denunciantes junto a 400.000 cordobeses se consideran consumidores, cautivos y victimas del agua de la red pública, comercializada por la empresa privada transnacional y monopólica del servicio: Suez - Roggio, bajo el nombre comercial “Agua Cordobesas S.A.”.
La planta potabilizadora “Los Molinos”, recibe agua del dique homónimo a través de un canal a cielo abierto, originalmente destinado a riego, que abastece dicha planta con “agua cruda” destinada al consumo humano. El canal, transporta “agua cruda” a lo largo de 64 kmts., atravesando miles de hectáreas de cultivos de esta agricultura industrial para soja transgénica, sin protección ni control a la lluvia de agrotóxicos, como Glifosatos, 2.4D, Endosulfan y otros que forman parte del “paquete tecnológico” que se descargan en el cauce del canal y cuyos envases desechados, pueden verse flotando en sus aguas o a sus orillas.
Fumigaciones aéreas con aviones, terrestres con “fumigadores mosquitos”, tractores, o a mano con mochilas, llenados o vaciados de sus contenedores de agro tóxicos sobre las aguas, es el paisaje cotidiano que presenta este canal en toda su extensión. Aguas Cordobesas no especifica en publicación ni publicidad, que realice tratamiento alguno para estos venenos (herbicidas e insecticidas), por el contrario afirma que el agua que comercializan es “apta consumo humano”, los análisis de control exceptúan el contenido de estos agro tóxicos en agua, limitándose solo a análisis de acides, turbiedad o bacteriales.
Los gobiernos provincial (Schiaretti) y municipal (Giacomino), no ejercen el control correspondiente que le corresponde al Estado y su profusa campaña mediática “Agua para Todos” no hace mención a esta realidad, de este modo junto a la empresa Suez Roggio (Aguas Cordobesas) estarían incurriendo en forma continuada según el Cap. IV del Código Penal Argentino en delitos contra la salud pública. “… Envenenar o adulterar aguas potables o alimentos o medicinas…”, violando continuada y sistemáticamente los art.200, 201, 202, 207 del código penal.
La Coordinadora Córdoba en Defensa del Agua y la Vida, entiende, se estaría configurando una posible catástrofe sanitaria y genocidio sobre los habitantes de populosos barrios de la Zona Sur, por empresas transnacionales (Suez - Roggio, Monsanto y otras)
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Contacto:
GRUPO ESCALERA
FORO de VECINOS AUTOCONVOCADOS

Uso del Glifosato en el área Metropolitana de Buenos Aires

Fuente: Ecoportal
Por Observatorio de las Empresas Transnacionales


El glifosato mata las plantas, contamina el suelo y las aguas superficiales y subterráneas, y además a los seres vivos. Las plantas que no mueren, absorben el glifosato y se encuentran en las partes utilizadas como alimento (fresas, moras azules, frambuesas, lechugas, zanahoria y cebada, etc.) Para la salud humana, los mayores riesgos que trae el glifosato son: daños genéticos (en células sanguíneas humanas), trastornos reproductivos (reducción de espermatozoides, abortos, malformación fetal), toxicidad subaguda (lesiones en glándulas salivales), toxicidad crónica (inflamación gástrica, problemas respiratorios, alergias), efectos cancerígenos y contaminación de alimentos.

Características del Glifosato

¿Qué es el Glifosato?

El glifosato, es un herbicida de amplio espectro, no selectivo, utilizado para matar malezas (pastos anuales y perennes, hierbas de hoja ancha y especies leñosas). Creado en la década del ’60, es el principio activo del Roundup (nombre comercial del herbicida de Monsanto) con la que se fumigan cultivos transgénicos de soja, maíz y algodón. Este tipo de cultivos resisten al compuesto, sólo porque están preparados genéticamente para hacerlo.

Es absorbido por las hojas, y ejerce su acción herbicida a través de la inhibición de varias enzimas (proteínas que poseen función catalítica, aceleradoras de procesos bioquímicos que acontecen en las células para mantener su funcionalidad y, por lo tanto, su existencia), impidiendo de esta forma que las plantas elaboren tres aminoácidos aromáticos esenciales para su crecimiento y supervivencia.

Para aumentar su eficacia, el glifosato debe ir acompañado de otras sustancias que no están especificadas en la etiqueta que producen mayor toxicidad aguda.

Consecuencias del Glifosato

El glifosato mata plantas autóctonas y en peligro de extinción, contamina el suelo y las aguas superficiales y subterráneas, y además a los seres vivos. La Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA) determinó que tras llegar al suelo, el glifosato es fuertemente absorbido. De allí que si bien es altamente soluble en agua, la sustancia permanece en las capas superiores del suelo y tiene una vida media de más de 60 días (lo que tarda en ser descompuesto por microorganismos), hallándose incluso hasta un año después.

Las plantas que no mueren, absorben el glifosato y se encuentran en las partes utilizadas como alimento (fresas, moras azules, frambuesas, lechugas, zanahoria y cebada, etc.)

La toxicidad de estos productos (glifosato puro y fórmulas compuestas -Roundup-) es mayor en casos de exposición dérmica (la piel tiene la capacidad de absorber sustancias) e inhalatoria (respirando en ambientes intoxicados por glifosato), aunque también en casos de ingestión.

Para la salud humana, los mayores riesgos que trae el glifosato son: daños genéticos (en células sanguíneas humanas), trastornos reproductivos (reducción de espermatozoides, abortos, malformación fetal), toxicidad subaguda (lesiones en glándulas salivales), toxicidad crónica (inflamación gástrica, problemas respiratorios, alergias), efectos cancerígenos y contaminación de alimentos.

Los síntomas de envenenamiento que produce el glifosato incluyen náuseas y mareos, irritaciones dérmicas y oculares, edema pulmonar, descenso de la presión sanguínea, reacciones alérgicas, dolor abdominal, pérdida masiva de líquido gastrointestinal, vómito, pérdida de conciencia, destrucción de glóbulos rojos, electrocardiogramas anormales y daño o falla renal.

El glifosato en Argentina

En la actualidad, el glifosato es el agrotóxico pilar de la industria sojera argentina. En el año 2007, Argentina fue el segundo productor mundial de cultivos transgénicos con 19.1 millones de hectáreas en el 2007, el 19% de la superficie destinada a este tipo de cultivos en todo el mundo. 16 millones de esas hectáreas están sembradas con soja, 2,8 millones con maíz y 400.000 con algodón, según datos del Servicio para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA). Casi el 100% de la superficie de soja y el 90% de cultivos de maíz fueron sembrados con semillas tolerantes al herbicida glifosato.

En las zonas rurales del país el glifosato es aplicado a través de fumigaciones terrestres y aéreas, lo que conlleva un gran peligro para la salud de las personas que viven allí, las cuales son rociadas junto a sus casas, el agua, la tierra y los cultivos no transgénicos. Por otro lado, el viento esparce el tóxico en largas distancias.

Cuando el Centro de Investigaciones en Biodiversidad y Ambiente (Ecosur), el Hospital Italiano Garibaldi de Rosario, la Universidad Nacional de Rosario, el INTA, el Colegio de Ingenieros Agrónomos y la Federación Agraria Argentina, emitieron un informe acerca de las consecuencias sobre la salud se comprobó la fuerte correlación entre los casos de cáncer, leucemia, lupus y otras graves afecciones halladas en seis pequeños pueblos del área sur y central sojera de Santa Fe, con la localización de las máquinas de fumigación, depósitos de agrotóxicos, silos.

En marzo del 2009 la Justicia de Córdoba prohibió fumigar con agrotóxicos sojeros cerca de áreas urbanas. La ley provincial llegó luego de 10 años de denuncias de los vecinos del barrio Ituzaingó Anexo. En esa zona de las afueras de Córdoba, de cinco mil habitantes, 200 tienen cáncer. Y todo apunta al glifosato como principal responsable.

El pasado 13 de abril se publicaron en Página12 los resultados de un estudio realizado por Andrés Carrasco del Laboratorio de Embriología Molecular de la Facultad de Medicina de la UBA-Conicet, que da cuenta de la toxicidad en embriones anfibios del glifosato.

Por primera vez en nuestro país, y en consonancia con varios estudios realizados a nivel internacional, se comprobó la toxicidad del glifosato.

Posteriormente al conocimiento público de dicho informe, el Ministerio de Defensa prohibió el cultivo de trangénicos en los campos de sus instalaciones.

Casos en Zonas Urbanas del Gran Buenos Aires

El caso TBA

Desde hace varios años, la empresa de ferrocarriles TBA está utilizando agroquímicos tóxicos para los humanos (entre ellos el glifosato) con el fin de mantener desmalezados los terrenos próximos a las vías del ramal Retiro-Tigre y es muy probable que en otros ramales.

Se han visto fumigaciones incluso detrás de la Quinta Presidencial de Olivos.

Víctor Freire, integrante del bloque Iniciativa ARI, que presentó un proyecto en el Concejo Deliberante de Vicente López para frenar esa práctica, denunció que TBA usa glifosato de Monsanto, mientras que Ferrovías utiliza glifosato de Atanor.

Los terrenos fumigados son adyacentes a viviendas, comercios y plazas a las que habitualmente asisten niños, los cuales están más expuestos que los adultos. Como mueca trágica, tiempo atrás se crearon plazas (como el de la calle San Martín y las vías o la calesita de la estación de Vicente López) con "juegos ecológicos” cercanas a las vías. La nube tóxica generada por las fumigaciones atraviesa el alambrado depositándose en la superficie de los juegos. Los bebés los tocan y se llevan sus manos a la boca. De esta forma el veneno viaja al tubo digestivo. Los terraplenes también han sido fumigados cuentan muchos vecinos.

Las plantas y animales también se ven perjudicados. La vegetación verde, que normalmente crecía a los costados de las vías, se transformó primero en hilos negros y luego desapareció misteriosamente, se desintegró. Este fenómeno se dio tanto en gramíneas (hojas acintadas), pasto, como en latifoliadas, las plantas de hojas anchas, como las enredaderas y las campanillas. La Municipalidad de Vicente López denunció que el glifosato alcanzó a dos ombúes con más de ciento cincuenta años y se han secado, fuera de otros árboles, flores y plantas en general.

Está sucediendo un impacto ambiental que afecta a la biodiversidad del ecosistema urbano y a la cadena trófica, pues por ejemplo, hace tiempo que no se observan mariposas, ni abejas, ni ranas que antes sí se hallaban con facilidad, benignas porque se alimentan de insectos.

Otro cambio se dio en el suelo. Al principio era esponjoso, con humus negro, tiera del Río de la Plata, pero paulatinamente se fue transformando en un delgado manto de color lechoso y sin vida. De hecho los obreros de TBA, cada vez que rocían los terraplenes, lo hacen con máscaras.

Los vecinos de Vicente López, junto a varios concejales, se han movilizado con el apoyo de varias organizaciones comunitarias (como el Foro por la Salud y el Ambiente de Vicente López, La Galpona, La Otra Movida y la Unión de Asambleas Ciudadanas -UAC, Regional Buenos Aires) amparándose en el Artículo 41 de la Constitución Nacional, el punto 10.5 del Contrato de TBA, la Ley de Pesticidas 10.699 y el Decreto Reglamentario Nº 499. Exigen un Recurso de Amparo donde se prohíban las fumigaciones, tanto terrestres como aéreas, en zonas pobladas ya que al ser el glifosato tóxico para el ser humano, debe ser prohibida su fumigación en zonas urbanas con el fin de salvar la salud pública.

Además, piden que las empresas fumigadoras estén registradas en el Ministerio de Asuntos Agrarios, que realicen exigentes cursos de capacitación y que protejan a los pulverizadores. Hicieron denuncias ante el Defensor del Pueblo de Vicente López, el Defensor del Pueblo Nacional, la Policía, la policía ambiental, Salud Ambiental de San Isidro, bromatología, en Municipalidad a Jorge Galli, Instituto de Rehabilitación (Dr. Matassa), Secretaría de Medio Ambiente de San Isidro, al señor Dos Santos y al Director Ricardo Antoniassi, Defensa Civil, de TBA a Roberto Suarez y en la Comisión Nacional Reguladora de Transporte ante Jorge Parrón y ante TBA. Pero no obtuvieron respuestas. El problema superó los límites administrativos locales.

La Municipalidad del Partido de San Isidro, municipio densamente poblado, envió una carta documento a la empresa TBA como un inicio de protesta pidiendo explicaciones luego que los pulverizadores entraran en su jurisdicción. Gustavo Gago, responsable de relaciones públicas de TBA, emitió una nota afirmando que el control de malezas que efectúa Trenes de Buenos Aires S.A. en zonas de vías se realiza a través de glifosato (perteneciente a Monsanto), que se aplica diluido.

Según ellos, el producto no está considerado como agente carcinogénico ni mutagénico y se utiliza en prácticamente todos los cultivos. El comunicado agrega que la pulverización se hace en forma focalizada en zona de vías, solamente en ciertos períodos del año y en forma espaciada, a lo sumo una o dos veces al mes.

El glifosato se inactivaría velozmente en contacto con el suelo, y su baja volatilidad reduce el peligro de dañar plantaciones y sembrados vecinos sin generar efectos residuales.

El glifosato es dosificado: en 20 litros de agua son colocados 0,850 litros de herbicida y el rociado se efectúa a través de la aspersión de la zona de vías con máquinas manuales. En pocas palabras, para TBA, el glifosato no sería peligroso para la población y por lo tanto lo seguirán usando. Sin embargo (y no casualmente) en el barrio, en los últimos tiempos se vienen observando casos de alergias, broncoespasmo y asma.

Una de las afectadas fue Patricia Roccatagliata, ingeniera agrónoma y firme opositora a que TBA continúe con sus fumigaciones. Confiesa que en abril del año pasado tuvo que faltar dos semanas a su trabajo, debido a que tras una pulverización comenzó a padecer irritaciones en las vías respiratorias, ahogo, mareos, dolor de pecho, palpitaciones y sequedad en la boca.

Una mañana, cuando cruzaba las vías del ferrocarril, una vecina que llevaba a su bebé y ella fueron literalmente pulverizadas. Los hombres que estaban trabajando llevaban un traje especial, gorro, guantes, barbijo, escafandra y zapatos de seguridad.

Cuando les preguntó qué tiraban, le respondieron: “Veneno, señora”. Tras la visita de los fumigadores queda una nube tóxica insoportable, cuyo alcance puede llegar de los 400 a los 800 metros, dependiendo del viento.

Es importante aclarar además que este tratamiento costoso y continuado con agroquímicos es injustificado, pues pasados los 20 días de la anterior aplicación, la tierra permanece yerma. NO crece nada vegetal en ese lapso de tiempo.

Proyectos de Ordenanza

Victor Freire, integrante del bloque Iniciativa ARI en Vicente López, presentó un Proyecto de Ordenanza ante el Consejo Deliberante del Municipio solicitando la Intervención en la utilización del Glifosato como fitosanitario, amparándose en la vigencia del Art. 41 de la Constitución Nacional y de la Ley 10.699 de la Provincia de Buenos Aires, Decreto 499/1991. El artículo 1º del proyecto de ordenanza prohíbe la aplicación de agroquímicos para la eliminación de pastizales y especies vegetales en todos los predios públicos y/o privados nacional, provincial y municipal y predios de dominio privado de uso o acceso público del partido de Vicente López.

En la actualidad, el proyecto se encuentra en el departamento de legales para que se revisen algunas cuestiones con respecto a la técnica legislativa. Anterior a este paso, el proyecto fue discutido en la Comisión de Ecología y Medio Ambiente, para ser acompañado también desde el oficialismo.

Según Blanca Díaz, concejal por el bloque “Solidaridad e Igualdad” y presidenta de la comisión de Ecología y Medio Ambiente de la Legislatura de Vicente López “entendemos que esta es una manera de poder seguir protegiendo la salud y el medio ambiente en las zonas urbanas".

Por otro lado subrayó que existe “legislación a nivel nacional que tiene zonas de exclusión que son las zonas urbanas y suburbanas, con lo cual no se puede alegremente utilizar este tipo de productos”.

El objetivo sería extender la ordenanza más allá de los límites municipales (más si originalmente se contrapone a la legislación provincial, lo que obligaría a trabajar para la formulación de una ley para todo el territorio bonaerense para posteriormente aplicarlo en Vicente López, ya que en lo que a leyes se refiere, se sigue un orden piramidal, es decir que en el caso que se opongan dos leyes de orden y escalafón distinto, se tendrá en cuenta aquella del peldaño mas alto. La ley nacional tiene la última palabra).

El caso de las Plazas de la Ciudad de Buenos Aires

Se ha denunciado que en Plaza Giordano Bruno del barrio de Caballito se aplicó glifosato para desmalezamiento. Las personas que transcurren por la plaza son posteriormente al quedar afectadas tanto en el momento de la aplicación, como el tóxico en el aire durante un tiempo.

Las piedras con la que juegan los niños también quedan contaminadas y las plantas y la tierra absorben este tóxico.

A diferencia del caso TBA (donde los trabajadores supuestamente utilizan ropa de seguridad para el caso) aquí no se cumple esta normativa de seguridad, pues se ha visto fumigadores sin la vestimenta adecuada (traje apropiado, guantes, máscara de gas, anteojos). O sea, se encuentran desprotegidos ante el veneno.

El caso La Plata

Productores y vecinos de la zona de Parque Pereyra y Villa Elisa denunciaron que se está utilizando glifosato para controlar el crecimiento del pasto en las estaciones de trenes de la Línea Roca.

Como en otros casos, se produjeron casos de ardor de garganta, irritación de ojos y sensación de quemazón a nivel cutáneo. También temen que el “veneno”, tal como lo llaman, ingrese al organismo por las vías respiratorias. Vecinos del área también marcaron que durante la aplicación del herbicida el personal de la concesionaria de mantenimiento estaba totalmente cubierto con ropa de seguridad. La preocupación de los productores radica, no sólo en los posibles daños hacia la salud.

También preocupa la contaminación que el químico pueda ocasionar a las napas. Por otro lado, los habitantes del barrio se mostraron indignados por el empleo de glifosato en una zona catalogada como ecológica. Mientras ellos no pueden usar diversos pesticidas con el fin de cuidar el ambiente, ahora observan azorados que la empresa encargada del mantenimiento de las estaciones de trenes y usa este glifosato como si nada. Con este método, la empresa encargada de mantenimiento se ahorra de cortar el pasto durante unos 4 meses, porque el terreno donde se aplica queda devastado.

Los vecinos llamaron a distintos organismos, tanto locales como provinciales y nacionales. Sin embargo, ninguno vino para corroborar qué está ocurriendo y su grado de peligrosidad.

Desde la empresa de ferrocarril se informó que el mantenimiento de las estaciones está tercerizado, pero que lograron establecer que para el desmalezamiento de los terrenos lindantes a las vías ferroviarias, en distintos tramos, se está empleando un herbicida cuyo principio activo es el glifosato. Este químico esta actualmente aprobado por el SENASA, pero afirmaron que tendrán en cuenta las inquietudes vecinales.

Rafael Pico, titular de Zoonosis de la Municipalidad de La Plata, descartó el uso de herbicidas que contengan glifosato. Según él, aunque fue ofrecido para desmalezamiento se prefirió realizar tareas que no impliquen ningún riesgo para los empleados ni para el ambiente. www.ecoportal.net

Observatorio de las Empresas Transnacionales - FOCO Foro Ciudadano de Participación por la Justicia y los Derechos Humanos

BIBLIOGRAFÍA

- CRÍTICA DIGITAL: “Acusan a TBA y Ferrovías de fumigar con tóxicos”
http://criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=20562

- EL DÍA: “Polémica por un veneno que arrojan en las vías del tren”. 20 de febrero de 2009.
http://www.eldia.com.ar/edis/20090220/laciudad14.htm

- INFOCIVICA.ORG
http://www.infocivica.org.ar/Main.php?do=newsArticlesView&id=163

- PÁGINA 12. La salud, más importante que la soja. 21 de marzo de 2009

- PARTIDO PIRATA ARGENTINO
http://partido-pirata.blogspot.com/2009/02/tba-y-el-glifosato.html

- UNIVERSITARIOSLP: “Entrevista a Patricia Roccatagliata: El eslabón perdido de la patria sojera”.
http://www.universitarioslp.com.ar/index.php/a-desalambrar/246-entrevista(...)

- Fotografías aportadas por Patricia Roccatagliata, vecina de Vicente Lopez