miércoles, 17 de junio de 2009

Uso del Glifosato en el área Metropolitana de Buenos Aires

Fuente: Ecoportal
Por Observatorio de las Empresas Transnacionales


El glifosato mata las plantas, contamina el suelo y las aguas superficiales y subterráneas, y además a los seres vivos. Las plantas que no mueren, absorben el glifosato y se encuentran en las partes utilizadas como alimento (fresas, moras azules, frambuesas, lechugas, zanahoria y cebada, etc.) Para la salud humana, los mayores riesgos que trae el glifosato son: daños genéticos (en células sanguíneas humanas), trastornos reproductivos (reducción de espermatozoides, abortos, malformación fetal), toxicidad subaguda (lesiones en glándulas salivales), toxicidad crónica (inflamación gástrica, problemas respiratorios, alergias), efectos cancerígenos y contaminación de alimentos.

Características del Glifosato

¿Qué es el Glifosato?

El glifosato, es un herbicida de amplio espectro, no selectivo, utilizado para matar malezas (pastos anuales y perennes, hierbas de hoja ancha y especies leñosas). Creado en la década del ’60, es el principio activo del Roundup (nombre comercial del herbicida de Monsanto) con la que se fumigan cultivos transgénicos de soja, maíz y algodón. Este tipo de cultivos resisten al compuesto, sólo porque están preparados genéticamente para hacerlo.

Es absorbido por las hojas, y ejerce su acción herbicida a través de la inhibición de varias enzimas (proteínas que poseen función catalítica, aceleradoras de procesos bioquímicos que acontecen en las células para mantener su funcionalidad y, por lo tanto, su existencia), impidiendo de esta forma que las plantas elaboren tres aminoácidos aromáticos esenciales para su crecimiento y supervivencia.

Para aumentar su eficacia, el glifosato debe ir acompañado de otras sustancias que no están especificadas en la etiqueta que producen mayor toxicidad aguda.

Consecuencias del Glifosato

El glifosato mata plantas autóctonas y en peligro de extinción, contamina el suelo y las aguas superficiales y subterráneas, y además a los seres vivos. La Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA) determinó que tras llegar al suelo, el glifosato es fuertemente absorbido. De allí que si bien es altamente soluble en agua, la sustancia permanece en las capas superiores del suelo y tiene una vida media de más de 60 días (lo que tarda en ser descompuesto por microorganismos), hallándose incluso hasta un año después.

Las plantas que no mueren, absorben el glifosato y se encuentran en las partes utilizadas como alimento (fresas, moras azules, frambuesas, lechugas, zanahoria y cebada, etc.)

La toxicidad de estos productos (glifosato puro y fórmulas compuestas -Roundup-) es mayor en casos de exposición dérmica (la piel tiene la capacidad de absorber sustancias) e inhalatoria (respirando en ambientes intoxicados por glifosato), aunque también en casos de ingestión.

Para la salud humana, los mayores riesgos que trae el glifosato son: daños genéticos (en células sanguíneas humanas), trastornos reproductivos (reducción de espermatozoides, abortos, malformación fetal), toxicidad subaguda (lesiones en glándulas salivales), toxicidad crónica (inflamación gástrica, problemas respiratorios, alergias), efectos cancerígenos y contaminación de alimentos.

Los síntomas de envenenamiento que produce el glifosato incluyen náuseas y mareos, irritaciones dérmicas y oculares, edema pulmonar, descenso de la presión sanguínea, reacciones alérgicas, dolor abdominal, pérdida masiva de líquido gastrointestinal, vómito, pérdida de conciencia, destrucción de glóbulos rojos, electrocardiogramas anormales y daño o falla renal.

El glifosato en Argentina

En la actualidad, el glifosato es el agrotóxico pilar de la industria sojera argentina. En el año 2007, Argentina fue el segundo productor mundial de cultivos transgénicos con 19.1 millones de hectáreas en el 2007, el 19% de la superficie destinada a este tipo de cultivos en todo el mundo. 16 millones de esas hectáreas están sembradas con soja, 2,8 millones con maíz y 400.000 con algodón, según datos del Servicio para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA). Casi el 100% de la superficie de soja y el 90% de cultivos de maíz fueron sembrados con semillas tolerantes al herbicida glifosato.

En las zonas rurales del país el glifosato es aplicado a través de fumigaciones terrestres y aéreas, lo que conlleva un gran peligro para la salud de las personas que viven allí, las cuales son rociadas junto a sus casas, el agua, la tierra y los cultivos no transgénicos. Por otro lado, el viento esparce el tóxico en largas distancias.

Cuando el Centro de Investigaciones en Biodiversidad y Ambiente (Ecosur), el Hospital Italiano Garibaldi de Rosario, la Universidad Nacional de Rosario, el INTA, el Colegio de Ingenieros Agrónomos y la Federación Agraria Argentina, emitieron un informe acerca de las consecuencias sobre la salud se comprobó la fuerte correlación entre los casos de cáncer, leucemia, lupus y otras graves afecciones halladas en seis pequeños pueblos del área sur y central sojera de Santa Fe, con la localización de las máquinas de fumigación, depósitos de agrotóxicos, silos.

En marzo del 2009 la Justicia de Córdoba prohibió fumigar con agrotóxicos sojeros cerca de áreas urbanas. La ley provincial llegó luego de 10 años de denuncias de los vecinos del barrio Ituzaingó Anexo. En esa zona de las afueras de Córdoba, de cinco mil habitantes, 200 tienen cáncer. Y todo apunta al glifosato como principal responsable.

El pasado 13 de abril se publicaron en Página12 los resultados de un estudio realizado por Andrés Carrasco del Laboratorio de Embriología Molecular de la Facultad de Medicina de la UBA-Conicet, que da cuenta de la toxicidad en embriones anfibios del glifosato.

Por primera vez en nuestro país, y en consonancia con varios estudios realizados a nivel internacional, se comprobó la toxicidad del glifosato.

Posteriormente al conocimiento público de dicho informe, el Ministerio de Defensa prohibió el cultivo de trangénicos en los campos de sus instalaciones.

Casos en Zonas Urbanas del Gran Buenos Aires

El caso TBA

Desde hace varios años, la empresa de ferrocarriles TBA está utilizando agroquímicos tóxicos para los humanos (entre ellos el glifosato) con el fin de mantener desmalezados los terrenos próximos a las vías del ramal Retiro-Tigre y es muy probable que en otros ramales.

Se han visto fumigaciones incluso detrás de la Quinta Presidencial de Olivos.

Víctor Freire, integrante del bloque Iniciativa ARI, que presentó un proyecto en el Concejo Deliberante de Vicente López para frenar esa práctica, denunció que TBA usa glifosato de Monsanto, mientras que Ferrovías utiliza glifosato de Atanor.

Los terrenos fumigados son adyacentes a viviendas, comercios y plazas a las que habitualmente asisten niños, los cuales están más expuestos que los adultos. Como mueca trágica, tiempo atrás se crearon plazas (como el de la calle San Martín y las vías o la calesita de la estación de Vicente López) con "juegos ecológicos” cercanas a las vías. La nube tóxica generada por las fumigaciones atraviesa el alambrado depositándose en la superficie de los juegos. Los bebés los tocan y se llevan sus manos a la boca. De esta forma el veneno viaja al tubo digestivo. Los terraplenes también han sido fumigados cuentan muchos vecinos.

Las plantas y animales también se ven perjudicados. La vegetación verde, que normalmente crecía a los costados de las vías, se transformó primero en hilos negros y luego desapareció misteriosamente, se desintegró. Este fenómeno se dio tanto en gramíneas (hojas acintadas), pasto, como en latifoliadas, las plantas de hojas anchas, como las enredaderas y las campanillas. La Municipalidad de Vicente López denunció que el glifosato alcanzó a dos ombúes con más de ciento cincuenta años y se han secado, fuera de otros árboles, flores y plantas en general.

Está sucediendo un impacto ambiental que afecta a la biodiversidad del ecosistema urbano y a la cadena trófica, pues por ejemplo, hace tiempo que no se observan mariposas, ni abejas, ni ranas que antes sí se hallaban con facilidad, benignas porque se alimentan de insectos.

Otro cambio se dio en el suelo. Al principio era esponjoso, con humus negro, tiera del Río de la Plata, pero paulatinamente se fue transformando en un delgado manto de color lechoso y sin vida. De hecho los obreros de TBA, cada vez que rocían los terraplenes, lo hacen con máscaras.

Los vecinos de Vicente López, junto a varios concejales, se han movilizado con el apoyo de varias organizaciones comunitarias (como el Foro por la Salud y el Ambiente de Vicente López, La Galpona, La Otra Movida y la Unión de Asambleas Ciudadanas -UAC, Regional Buenos Aires) amparándose en el Artículo 41 de la Constitución Nacional, el punto 10.5 del Contrato de TBA, la Ley de Pesticidas 10.699 y el Decreto Reglamentario Nº 499. Exigen un Recurso de Amparo donde se prohíban las fumigaciones, tanto terrestres como aéreas, en zonas pobladas ya que al ser el glifosato tóxico para el ser humano, debe ser prohibida su fumigación en zonas urbanas con el fin de salvar la salud pública.

Además, piden que las empresas fumigadoras estén registradas en el Ministerio de Asuntos Agrarios, que realicen exigentes cursos de capacitación y que protejan a los pulverizadores. Hicieron denuncias ante el Defensor del Pueblo de Vicente López, el Defensor del Pueblo Nacional, la Policía, la policía ambiental, Salud Ambiental de San Isidro, bromatología, en Municipalidad a Jorge Galli, Instituto de Rehabilitación (Dr. Matassa), Secretaría de Medio Ambiente de San Isidro, al señor Dos Santos y al Director Ricardo Antoniassi, Defensa Civil, de TBA a Roberto Suarez y en la Comisión Nacional Reguladora de Transporte ante Jorge Parrón y ante TBA. Pero no obtuvieron respuestas. El problema superó los límites administrativos locales.

La Municipalidad del Partido de San Isidro, municipio densamente poblado, envió una carta documento a la empresa TBA como un inicio de protesta pidiendo explicaciones luego que los pulverizadores entraran en su jurisdicción. Gustavo Gago, responsable de relaciones públicas de TBA, emitió una nota afirmando que el control de malezas que efectúa Trenes de Buenos Aires S.A. en zonas de vías se realiza a través de glifosato (perteneciente a Monsanto), que se aplica diluido.

Según ellos, el producto no está considerado como agente carcinogénico ni mutagénico y se utiliza en prácticamente todos los cultivos. El comunicado agrega que la pulverización se hace en forma focalizada en zona de vías, solamente en ciertos períodos del año y en forma espaciada, a lo sumo una o dos veces al mes.

El glifosato se inactivaría velozmente en contacto con el suelo, y su baja volatilidad reduce el peligro de dañar plantaciones y sembrados vecinos sin generar efectos residuales.

El glifosato es dosificado: en 20 litros de agua son colocados 0,850 litros de herbicida y el rociado se efectúa a través de la aspersión de la zona de vías con máquinas manuales. En pocas palabras, para TBA, el glifosato no sería peligroso para la población y por lo tanto lo seguirán usando. Sin embargo (y no casualmente) en el barrio, en los últimos tiempos se vienen observando casos de alergias, broncoespasmo y asma.

Una de las afectadas fue Patricia Roccatagliata, ingeniera agrónoma y firme opositora a que TBA continúe con sus fumigaciones. Confiesa que en abril del año pasado tuvo que faltar dos semanas a su trabajo, debido a que tras una pulverización comenzó a padecer irritaciones en las vías respiratorias, ahogo, mareos, dolor de pecho, palpitaciones y sequedad en la boca.

Una mañana, cuando cruzaba las vías del ferrocarril, una vecina que llevaba a su bebé y ella fueron literalmente pulverizadas. Los hombres que estaban trabajando llevaban un traje especial, gorro, guantes, barbijo, escafandra y zapatos de seguridad.

Cuando les preguntó qué tiraban, le respondieron: “Veneno, señora”. Tras la visita de los fumigadores queda una nube tóxica insoportable, cuyo alcance puede llegar de los 400 a los 800 metros, dependiendo del viento.

Es importante aclarar además que este tratamiento costoso y continuado con agroquímicos es injustificado, pues pasados los 20 días de la anterior aplicación, la tierra permanece yerma. NO crece nada vegetal en ese lapso de tiempo.

Proyectos de Ordenanza

Victor Freire, integrante del bloque Iniciativa ARI en Vicente López, presentó un Proyecto de Ordenanza ante el Consejo Deliberante del Municipio solicitando la Intervención en la utilización del Glifosato como fitosanitario, amparándose en la vigencia del Art. 41 de la Constitución Nacional y de la Ley 10.699 de la Provincia de Buenos Aires, Decreto 499/1991. El artículo 1º del proyecto de ordenanza prohíbe la aplicación de agroquímicos para la eliminación de pastizales y especies vegetales en todos los predios públicos y/o privados nacional, provincial y municipal y predios de dominio privado de uso o acceso público del partido de Vicente López.

En la actualidad, el proyecto se encuentra en el departamento de legales para que se revisen algunas cuestiones con respecto a la técnica legislativa. Anterior a este paso, el proyecto fue discutido en la Comisión de Ecología y Medio Ambiente, para ser acompañado también desde el oficialismo.

Según Blanca Díaz, concejal por el bloque “Solidaridad e Igualdad” y presidenta de la comisión de Ecología y Medio Ambiente de la Legislatura de Vicente López “entendemos que esta es una manera de poder seguir protegiendo la salud y el medio ambiente en las zonas urbanas".

Por otro lado subrayó que existe “legislación a nivel nacional que tiene zonas de exclusión que son las zonas urbanas y suburbanas, con lo cual no se puede alegremente utilizar este tipo de productos”.

El objetivo sería extender la ordenanza más allá de los límites municipales (más si originalmente se contrapone a la legislación provincial, lo que obligaría a trabajar para la formulación de una ley para todo el territorio bonaerense para posteriormente aplicarlo en Vicente López, ya que en lo que a leyes se refiere, se sigue un orden piramidal, es decir que en el caso que se opongan dos leyes de orden y escalafón distinto, se tendrá en cuenta aquella del peldaño mas alto. La ley nacional tiene la última palabra).

El caso de las Plazas de la Ciudad de Buenos Aires

Se ha denunciado que en Plaza Giordano Bruno del barrio de Caballito se aplicó glifosato para desmalezamiento. Las personas que transcurren por la plaza son posteriormente al quedar afectadas tanto en el momento de la aplicación, como el tóxico en el aire durante un tiempo.

Las piedras con la que juegan los niños también quedan contaminadas y las plantas y la tierra absorben este tóxico.

A diferencia del caso TBA (donde los trabajadores supuestamente utilizan ropa de seguridad para el caso) aquí no se cumple esta normativa de seguridad, pues se ha visto fumigadores sin la vestimenta adecuada (traje apropiado, guantes, máscara de gas, anteojos). O sea, se encuentran desprotegidos ante el veneno.

El caso La Plata

Productores y vecinos de la zona de Parque Pereyra y Villa Elisa denunciaron que se está utilizando glifosato para controlar el crecimiento del pasto en las estaciones de trenes de la Línea Roca.

Como en otros casos, se produjeron casos de ardor de garganta, irritación de ojos y sensación de quemazón a nivel cutáneo. También temen que el “veneno”, tal como lo llaman, ingrese al organismo por las vías respiratorias. Vecinos del área también marcaron que durante la aplicación del herbicida el personal de la concesionaria de mantenimiento estaba totalmente cubierto con ropa de seguridad. La preocupación de los productores radica, no sólo en los posibles daños hacia la salud.

También preocupa la contaminación que el químico pueda ocasionar a las napas. Por otro lado, los habitantes del barrio se mostraron indignados por el empleo de glifosato en una zona catalogada como ecológica. Mientras ellos no pueden usar diversos pesticidas con el fin de cuidar el ambiente, ahora observan azorados que la empresa encargada del mantenimiento de las estaciones de trenes y usa este glifosato como si nada. Con este método, la empresa encargada de mantenimiento se ahorra de cortar el pasto durante unos 4 meses, porque el terreno donde se aplica queda devastado.

Los vecinos llamaron a distintos organismos, tanto locales como provinciales y nacionales. Sin embargo, ninguno vino para corroborar qué está ocurriendo y su grado de peligrosidad.

Desde la empresa de ferrocarril se informó que el mantenimiento de las estaciones está tercerizado, pero que lograron establecer que para el desmalezamiento de los terrenos lindantes a las vías ferroviarias, en distintos tramos, se está empleando un herbicida cuyo principio activo es el glifosato. Este químico esta actualmente aprobado por el SENASA, pero afirmaron que tendrán en cuenta las inquietudes vecinales.

Rafael Pico, titular de Zoonosis de la Municipalidad de La Plata, descartó el uso de herbicidas que contengan glifosato. Según él, aunque fue ofrecido para desmalezamiento se prefirió realizar tareas que no impliquen ningún riesgo para los empleados ni para el ambiente. www.ecoportal.net

Observatorio de las Empresas Transnacionales - FOCO Foro Ciudadano de Participación por la Justicia y los Derechos Humanos

BIBLIOGRAFÍA

- CRÍTICA DIGITAL: “Acusan a TBA y Ferrovías de fumigar con tóxicos”
http://criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=20562

- EL DÍA: “Polémica por un veneno que arrojan en las vías del tren”. 20 de febrero de 2009.
http://www.eldia.com.ar/edis/20090220/laciudad14.htm

- INFOCIVICA.ORG
http://www.infocivica.org.ar/Main.php?do=newsArticlesView&id=163

- PÁGINA 12. La salud, más importante que la soja. 21 de marzo de 2009

- PARTIDO PIRATA ARGENTINO
http://partido-pirata.blogspot.com/2009/02/tba-y-el-glifosato.html

- UNIVERSITARIOSLP: “Entrevista a Patricia Roccatagliata: El eslabón perdido de la patria sojera”.
http://www.universitarioslp.com.ar/index.php/a-desalambrar/246-entrevista(...)

- Fotografías aportadas por Patricia Roccatagliata, vecina de Vicente Lopez

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